Fernando Gil:"Nuestra receta para llegar a todos los públicos será el humor"

ABC SÁBADO, 3 DE JUNIO DE 2017
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Mil metros de plató para
dos presentadores
«No es un sábado cualquiera» contará con un
plató imponente de mil metros cuadrados,
con varios escenarios, 300 personas de
público, cuatro pantallas de vídeo móviles y
una banda musical en directo. Fernando Gil
lo presentará junto con un invitado distinto
cada semana. «Será una conocida figura
artística de cualquier ámbito, que me acompañará
durante las dos horas y pico que dura
el programa», cuenta su conductor. «Al
copresentador lo metemos en todo tipo de
atolladeros y pruebas, mientras pasamos por
las distintas actuaciones», añade Gil.
FEDERICO MARÍN BELLÓN MADRID
Televisión Española calienta
el estreno –podría llegar
el próximo fin de semana–
de «No es un sábado
cualquiera». Será un
espectáculo con el que la
cadena pública y la productora, Veralia
(perteneciente a Vocento), aspiran
a cuadrar el círculo: cuajar un programa
de variedades que no parezca de
variedades, entretener con actuaciones
musicales, humor, magia e incluso
un concurso sin que a nadie se le
vengan a la cabeza títulos del pasado.
El actor Fernando Gil, que debuta
como presentador, explica que han intentado,
«con todos los respetos, huir
de modelos como “Noche de fiesta”,
aunque fueran un éxito». «No queríamos
un espacio al uso, con un presentador
que da pie a las actuaciones. Pretendemos
que todo fluya. Hemos huido
del concepto de espectáculo clásico
de variedades... y sin embargo también
lo es», añade el madrileño, que en
unos días cumplirá 42 años.
Formato original
Una de las peculiaridades de «No es
un sábado cualquiera» es que Gil estará
acompañado cada semana por
otro presentador invitado, un poco al
estilo de «Saturday Night Live», uno
de los modelos de inspiración. «Será
un formato bastante original, con mucha
música en directo, salpicado de
actuaciones visuales de todo tipo, desde
magia a acrobacias», explica el actor,
quien añade a la fórmula «mucho
humor, no solo en el plató sino con
sketches grabados previamente y un
gran plantel de actores». El plan es sacar
a los invitados de contexto y utilizar
incluso pasillos y camerinos.
Con vocación de llegar a todos los
públicos, parece necesaria alguna receta
mágica: «Será el humor», responde
Gil sin dudarlo, pero «también habrá ironía y un poco de mala leche
para enganchar a la gente joven». «Intentamos
dar un poco de todo, sin ser
hirientes, pero sí algo canallas».
El reto de Fernando Gil es convertirse
en un hombre orquesta: «Tengo
que actuar, cantar, tocar la guitarra,
hacer monólogos, conducir un concurso
que se desarrolla a lo largo del
programa con cuatro rondas y que es
bastante divertido...». En este sentido,
el intérprete cita dos antecedentes:
«VIP noche», con Emilio Aragón, y un
programa italiano que se llama «One
man show», con el artista Mika como
protagonista absoluto. Otro referente
es Jimmy Fallon, «un tipo que toca todos
los palos y utiliza mucho la simpatía
con los invitados y canta, baila
y toca la guitarra».
Aspecto no menos capital es el
guión. «Debo estudiar como un bendito
», dice Gil. «Recibo un texto de 70
páginas cada semana, supervisado por
J. J. Vaquero y su increíble equipo». La
unión con los escritores es clave: «Me
tienen cogido el pulso. Me han visto
en teatro, en series y en todas las facetas,
como “El club de la comedia”.
Saben por dónde voy y trabajan a favor
de obra. Escriben para que yo pueda
brillar», reconoce un actor que sorprenderá
a parte del público por su
versatilidad. «Muchos me conocen de
“El Prín cipe”, “El Rey” y “Felipe y Letizia”.
No se lo van a esperar».
«Miedo torero»
Sería comprensible que el protagonista
de la función sintiera miedo, ante
la acumulación de retos. «No, y si lo
tengo es un miedo torero a enfrentarme
a la muerte con gallardía», responde.
«Quiero tirarme a la piscina y confiar
en todo el equipo y en mí mismo.
El punto más delicado es el concurso,
«un formato que no había tocado».
Pero incluso ahí tuvo suerte, porque
hace unas semanas tuvo que sustituir
a Javier Veiga en la obra «5 y... Acción»,
donde coincidió con Carlos Sobera.
«Pasé un mes y pico con él y el tipo se
volcó conmigo. Tuve al maestro perfecto
a mi disposición».